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Yes, we… ¿qué?

Es la base del pensamiento racional. ‘P’ implica ‘Q’. Recordaréis los ejercicios de lógica, y de cómo se complicaban a medida que los argumentos se iban multiplicando, o cómo se volvían imposibles cuando eran, en apariencia, contradictorios. La cara de tontos que se les está quedando a los políticos con todo lo que está pasando desde el 15M es la misma que se nos pone a todos ante un problema de lógica compleja. Si añadimos que, de por sí, son ‘cortitos’ en cuanto a lo que pasa a su alrededor (lo que pasa de verdad, que para lo demás son muy listos) puede entenderse su perplejidad incluso con cierta conmiseración. Están perdidos porque, primero, no se explican de dónde viene todo esto y, segundo, no entienden qué es lo que quieren los miles de ciudadanos que se manifestaron el sábado, o los otros miles que están acampados en plazas de toda España.

El movimiento de ‘Democracia real ya’ es tan sencillo como complejo: quieren (queremos) que nos escuchen. Es la base de la indignación, mayoritaria en España aunque no se manifieste ni acampe: elegimos a unos políticos para que nos representen. A todos. Y, sin embargo, lo que hacen es apoyar a lobbies, recortar derechos, ocultar información, entregar dinero público a la banca sin ninguna contraprestación, permitir hipotecas que no se acaban con la entrega del bien hipotecado, condenarnos al trabajo perpetuo, repartirse jubilaciones millonarias, sueldos y dietas millonarios, viajes en primera clase… España se indigna porque se sabe estafada por los políticos.

Lo malo es que hay tantos argumentos, tanto mensaje, tantas razones, que una lógica tan sencilla está acabando por desorientarlos a todos: ¿Qué es lo quieren?, se preguntan, sin conseguir una respuesta clara. Y así, nos encontramos con respuestas de todos los colores:

– Es una campaña orquestada por el PSOE para atomizar el voto de forma que no se vayan al PP: Falso. Para los recién llegados, puede ser un argumento más o menos ‘lógico’ (con muchos peros). Sin embargo, los que seguimos esto desde el principio sabemos que la idea partió, hace mucho, precisamente contra el partido en el Gobierno (PSOE) y aquellos que lo habían apoyado, obviando la opinión de los ciudadanos (PP y CiU) en la tramitación de la Ley Sinde. Posteriormente se han ido añadiendo argumentos, la mayoría de ellos, como es lógico (P implica a Q) contra el partido que gobierna este país, o sea, el PSOE.

– Es un movimiento de hippies y antisistema (hay quien los llama perroflautas. No se puede ser más peyorativo). Aunque también he escuchado que se trata de un movimiento de ultraderecha, y de pijos. Falso a todas luces. Cualquiera que haya estado en las manifestaciones del domingo (los políticos no estuvieron porque andaban a lo suyo -pedir el voto a quienes saben que se lo van a dar, no se puede ser más tonto- y los medios casi tampoco) habrá visto que había gente de todo tipo: ancianos, adultos, niños… y por supuesto jóvenes. Sí, esos mismos. Aquellos españoles de los que la mitad está en el paro después de haber estudiado como micos más que todos sus padres juntos.

He escuchado muchas más estupideces. La última, esta de la Junta Electoral de Madrid que prohíbe la concentración en Sol porque, al parecer, los ciudadanos, al contrario que los partidos, no puede hablar de política durante las elecciones.

En cualquier caso, todas tienen un elemento en común: el desconocimiento, en gran parte debido al lanzamiento de decenas de mensajes diferentes por parte de los ciudadanos movilizados (tal es su diversidad, al contrario de lo que se piensa). Si tenemos P, tenemos O, tenemos S, tenemos X y tenemos Z. Si tenemos tanta premisa, tan entremezclada, tan opuestas a veces, llegar a Q se antoja tarea imposible. Por eso creo que este movimiento se está equivocando en el momento más importante después del éxito del 15M: no está diciendo lo que quiere. No hay un objetivo claro, concreto, un compromiso que arranquen a los políticos.

¿Para qué me manifesté el domingo? Para protestar, para que nos escucharan. Sin embargo, ahora que nos escuchan no sabemos qué decir, cuando la base del problema, la raíz, los cimientos, los hemos comentado en mil foros y mil debates en Twitter: Reforma de la Ley Electoral y de partidos. Que en España existan de una vez las listas abiertas (más que nada, para no tener que votar a imputados en delitos varios de corrupción) y que los partidos minoritarios tengan representación parlamentaria.

Es bien sencillo. Que se acabe el bipartidismo. Que se ganen el voto. Ya veréis como entonces sí que querrán representarnos de verdad.

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3 Comments

  1. El final de tu entrada recoge lo que al final han sido las 4 propuestas de mínimos acordadas. Yo sigo echando en falta las económicas. Aunque no sean “revolucionarias”, sí serían un buen comienzo, y son totalmente posibles: establecimiento de la tasa Tobin, regreso a la progresividad fiscal que se ha ido desmantelando en los últimos 15 años, establecimiento de un salario máximo (aquí iba a haber rasgamiento de vestiduras, pero no me muevo: los bonus millonarios han sido uno de los factores claves en la crisis financiera que nos estamos comiendo), refuerzo de las inspecciones de Hacienda para perseguir el fraude, en especial de las grandes fortunas, y un veto a cualquier transacción con paraísos fiscales.
    Sé que muchas de estas medidas pueden ser burladas, esquivadas o maleadas, pero ya es un comienzo. También he visto muchas vallas en las autopistas en las que hay que tomarse la molestia de caminar un buen trecho para encontrar el hueco, y no por ello dejan de ponerlas.
    Salud.

    1. Efectivamente. Se impuso la cordura y se aprobaron unas bases fundamentales, en las que están de acuerdo todos, sean del color que sean, que es lo importante en estos momentos.

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