Hay muchas cosas que me molestan. Como a todo el mundo, imagino. Pero hay una me irrita especialmente, como a todo el mundo (imagino), y es que me tomen por tonto.
Hay muchos motivos para insistir en que no tengo la más mínima intención de votar a los partidos mayoritarios (PP y PSOE, por orden alfabético para evitar suspicacias). Ni siquiera sé si votaré a los terceros en liza porque creo que es más de lo mismo. Como yo, hay muchos españoles decepcionados con la clase política en general y con el bipartidismo en particular. Cada cual tiene sus argumentos, pero mí me apetece hoy exponer uno que se me antoja esencial: no los votaré porque son unos mentirosos. Con todas las letras (diez, si mis dedos no me traicionan) y toda la mala leche que puedo transmitir, espero, a través de la pantalla de tu ordenador.
Internet tiene algunas cosas malas y muchísimas cosas buenas. Una de ellas (de las buenas) es que se pueden buscar un montón de cosas e incluso se pueden encontrar algunas. A buscar (y encontrar) he dedicado un poco de mi tiempo con el solo objetivo de demostraros lo que digo: Todos mienten, y como la mentira tiene las patitas muy cortas (como las cucarachas), siempre terminamos cogiéndola.
Mienten cuando, siempre cerquita de las elecciones, prometen internet gratuito o maravillosas becas a estudiantes. Mienten cuando garantizan por ley viviendas para todos a buen precio. Mentía Chaves cuando anunciaba a bombo y platillo los dichosos puentes a Punta Umbría (una promesa con la que Perico, por cierto, ya debería haber ganado diez millones) y mentía cuando se aprovechaba de un colectivo como las amas de casa prometiéndole vacaciones y sueldos.
Mintió el gobierno de Aznar, y con él mintió Pedro Rodríguez, cuando anunciaron la nueva estación de tren de Huelva, que supondría un elemento esencial en el ansiado proyecto del AVE Huelva-Sevilla. Previsto, por cierto, en el plan 2000-2007, aunque pronto supimos que por ‘inversión’ se referían al diseño de proyectitos en papel (mojado). Aquel proyecto durmió, como ese otro de los 3.000 puestos de trabajo , el sueño de los justos. Así que luego llegó el gobierno socialista para decirnos que la pesadilla había terminado, y que en 2010 estaría licitado el AVE. Otra mentira a juzgar por lo que sabemos hasta ahora (no os pongo enlaces porque es obvio): tenemos un dibujo de estación, un montón de operarios meneando el terreno y ni un centímetro de vía. Mentía el PSOE cuando pedía enérgicamente al PP que desarrollara el proyecto de aeropuerto en Huelva. Era en 2003 y pedían celeridad. Han tenido que pasar ocho años para que se elija Cartaya como emplazamiento. Ya queda menos…
Hay que reconocerles hasta el sentido del humor. Los políticos nos llevan a situaciones que podrían resultar hilarantes. Por ejemplo, esto y esto. No me negarás que tiene su gracia. Pasan años y legislaturas y cambios de gobierno, y con ellos se produce esta curiosa carrera de relevos: unos piden y otros no dan, para que luego los que no daban, pidan, ante la negativa de quienes antes pedían.
De lo más gracioso si tuviera maldita la gracia.