Los medios se autoinmolan. Afrontan la que posiblemente es su mayor prueba de fuego en los últimos años con más de lo mismo y suspenden el examen a golpe de rendir, como siempre, pleitesía a quienes les subvencionan. ‘Your credit is about to expire’, como decía a cada momento la señora de mi teléfono Airtel.
El pasado domingo ya confirmaron lo que era evidente: están completamente perdidos. No saben lo que hay más allá de sus caravanas de campaña, sus ruedas de prensa (con o sin preguntas), sus comunicados, sus notas de prensa, las filtraciones interesadas o, directamente, las mentiras que algunos difunden sin pudor alguno. Siguen alejados del mundo real, rechazando todo aquello que no venga de sus ‘fuentes habituales’. Dando por hecho que si algo no te lo cuentan es que no existe. Menosprecian a aquellos a los que deben servir: los ciudadanos.
Una vez que se enteraron de qué iba esto del 15M (cuando les estalló en las narices) comenzaron a tomar posiciones. Iniciaron, como siempre, su particular guerra de desinformación, manipulación y engaño, aunque es cierto que la sorpresa había sido tal que los había cogido completamente descolocados y hasta ayer no empezaron a mostrar su verdadera cara. Indignante, una vez más, por su partidismo descomunal y su desprecio a la inteligencia del público y a las mínimas reglas éticas del periodismo.
Es normal. Se deben a quienes les pagan, y no hay otra verdad que esa: el sistema subvenciona a los medios de comunicación en España, a costa de nuestro dinero y en forma de publicidad institucional y otros favores. De modo que la respuesta no puede ser otra: convertir la verdad en mercancía y traficar con ella para satisfacer intereses empresariales. Los medios la venden y el sistema la compra.
De modo que, del silencio, los medios afines al PSOE han pasado a la acción lanzando el mensaje socialista, que con tono paternal nos dicen: “Somos todo oídos. Estamos esperando a que nos digáis qué queréis, para actuar”. “Debéis saber” -insinúan- “que la culpa de todo la tiene la derecha y que sólo nosotros os escucharemos”. Lo malo es que obvian la evidencia: ellos son los que gobiernan. Ellos, y solo ellos, han vendido la dignidad propia y ajena a intereses muy alejados de los de los ciudadanos. Ellos toman las decisiones. Ellos decidieron subvencionar a la banca con miles de millones de euros, pidiendo un compromiso falso porque lo hacían con la boca pequeña. Ellos dirigen la acción de la Justicia y la Policía cuando les interesa. Ellos son los primeros culpables.
Mientras tanto, los medios de la derecha se dividen entre la sordera y la manipulación más frenética y descarada. En lugar de escuchar, en el PP empiezan a ver fantasmas por todas partes, y mientras una parte del partido (y sus medios afines) meten en el saco del 15M, sin ningún escrúpulo, a Rubalcaba, los “comunistas y anarquistas”, los perroflautas, ETA y el kale borroka; la otra parte, con bastante razón, dirige su mirada hacia los intentos de manipulación de este movimiento por parte de los socialistas, pero siguen sin entender nada, como el partido que los subvenciona. Porque el PP, que podría decir mucho en este momento, se calla, no sé si por temor o desconocimiento, ese mismo del que están haciendo gala todos los medios en sus vacíos intentos de manipulación.
En Izquierda Unida se frontan las manos. Quizás alguien debería recordarles que ellos también tienen a imputados en sus listas, a pesar de haberse prometido que nunca lo harían. Quizás deberían plantearse, estos y los demás, que hay muchas razones para que pase lo que está pasando. Aquí van 100.
Pero lo peor de todo no es que manipulen ni que falseen. Que confundan o desinformen. Lo peor es que aquellos sobre los que se asienta su futuro, esos mismos protagonistas (en gran parte) del 15M, han confirmado, con este despliegue de partidismo, subjetividad y malicia, lo que pensaban desde hace mucho: a ellos, los medios tradicionales no les sirven de nada. Así que ya estáis muertos.
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