En tus sueños de dragones y princesas,
de castillos y de espadas,
quiero estar y protegerte.
Ser tu escudero valiente.
Ayudarte en la batalla.
En tus sueños, violetas y celestes,
alzarte para que trepes
por los cuellos amarillos rimbombantes
de jirafas imposibles.
Rudo y osado grumete
que en tempestades te guíe
e izar alto el gallardete
en tus sueños de barcos de colores.
O ir contigo de la mano a ver al gran gato azul,
saludarle bien temprano.
Cantarle, como haces tú,
cuando despiertas al sueño
que es la vida,
que con mirada atrevida
devoras a cada paso.
Descubrirte sus secretos
o ayudarte a desvelarlos,
protegerte del mal gesto,
de la mentira, del llanto.
Enseñarte sus caminos
y algunos de sus atajos.
Abrigarte si hace frío,
resguardarte de la lluvia,
de la envidia, de la saña. Del vacío
que es la vida si no entregas
cada segundo tu alma.
Si no has dejado tu huella.
De la vida en que despiertas,
de tus sueños, que son nuestros,
seré tu implacable escudo,
duro (y oxidado) fierro.
precioso ,seras sin duda su mejor escudero
Gracias, Mónica. Se intentará
Que bonita manera de decirlo y decírselo.
Muchas gracias, Memen. Me alegra que te guste