Aquí me tienes: brindando acero al frente y a retaguardia. Sin más escudo que el pecho. Sin más fuerzas que las propias. Aquí me tenéis: con aliento para atender el envite, igual que con aquellos que pasaron. Igual, con los que vendrán. No gané siempre, vive Dios. Quizás debiera decir que nunca gané la guerra. […]
